Los seres humanos nos solemos relacionar con Dios en dos tiempos: primero le echamos en cara los males que nos aquejan; y, en un segundo momento, postulamos su existencia para que los remedie en un mundo futuro, más allá de la muerte. De esta forma, el mal es, casi al mismo tiempo, la gran objeción contra Dios y la condición de posibilidad de su existencia. Parece imposible, a la vista de tanto sufrimiento, que exista un Dios bueno y todopoderoso; y sería terrible, a la vista de tanto dolor, que no existiera ese Dios. Es lo de Pascal: «Incomprensible que exista Dios e incomprensible que no exista». Es, en palabras de José Gómez Caffarena, «la dramática ponderación entre el sí y el no» a la fe cristiana. Este libro trata de los avatares de la creencia en Dios y se divide en cinco partes bien diferenciadas. La primera contiene cuatro textos de sabor autobiográfico, pero en los que predo...leer más,Es catedrático de Filosofía de la Religión en la Universidad de Educación a Distancia, donde también enseña Historia de las Religiones. Realizó estudios de filosofía y teología en las Universidades de Innsbruck, Múnster y Tubinga, siendo doctor en ambas disciplinas. Ha dedicado un especial interés al estudio de la teología protestante de los siglos XIX y XX. Actualmente es decano de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Educación a Distancia....leer más